Todas las consolas portátiles deberán usar baterías extraíbles a partir de 2027

 ¿En qué consiste la normativa de la UE sobre las baterías extraíbles?

La normativa de la UE sobre las baterías extraíbles es una medida que forma parte de un nuevo reglamento para reforzar las normas de sostenibilidad para que las pilas y baterías tengan un ciclo de vida más circular, con objetivos de reciclaje y la obligación de que a finales de 2027 los dispositivos de almacenamiento sean extraíbles y reemplazables.




La normativa se aplicará a todas las baterías, incluidas todas los residuos de baterías portátiles, baterías de vehículos eléctricos, baterías industriales, baterías de arranque y también las empleadas en vehículos y maquinaria, así como las utilizadas para medios ligeros de transporte, como bicicletas eléctricas o ciclomotores.

La normativa establece que “las baterías portátiles incorporadas en los dispositivos deben ser extraíbles y sustituibles por el usuario final”, sin necesidad de ayuda profesional, salvo que el usuario lo decida libremente. Esto significa que los dispositivos portátiles, como móviles, tabletas o consolas, deberán tener un diseño que permita acceder fácilmente a la batería y cambiarla por otra.

¿Por qué se ha adoptado esta normativa?

La normativa se ha adoptado por varios motivos relacionados con la protección del medio ambiente, el fomento de la economía circular y el respeto a los derechos de los consumidores.

Por un lado, la normativa pretende reducir el impacto ambiental de las baterías, que contienen materiales tóxicos y escasos que pueden contaminar el suelo, el agua y el aire si no se gestionan adecuadamente. Al facilitar la extracción y el reemplazo de las baterías, se favorece su recogida selectiva, su reciclaje y su reutilización, lo que permite ahorrar recursos naturales y energía.




Por otro lado, la normativa pretende impulsar la economía circular, que se basa en el principio de reducir, reutilizar y reciclar los productos para minimizar los residuos y maximizar el valor. Al alargar la vida útil de los dispositivos portátiles mediante el cambio de batería, se evita su obsolescencia prematura y se reduce la generación de residuos electrónicos, que son uno de los más peligrosos y difíciles de tratar.

Por último, la normativa pretende respetar los derechos de los consumidores, que tienen derecho a elegir cómo usar sus dispositivos portátiles y a repararlos si se estropean. Al permitir el cambio de batería por parte del usuario final, se evita que los fabricantes impongan sus condiciones o restricciones para el mantenimiento o la garantía de los dispositivos. Además, se abaratan los costes de reparación y se aumenta la satisfacción del cliente.

¿Cómo afectará esta normativa a las consolas portátiles?

La normativa afectará a las consolas portátiles en varios aspectos relacionados con su diseño, su rendimiento y su mercado.

En cuanto al diseño, las consolas portátiles deberán tener una carcasa que permita acceder fácilmente a la batería y extraerla sin herramientas especiales. Esto podría suponer un cambio radical respecto al diseño actual de algunas consolas como la Nintendo Switch o la Steam Deck, que tienen baterías integradas y no extraíbles. Además, las consolas portátiles deberán tener un sistema de fijación y conexión de la batería que sea seguro y compatible con otros modelos.




En cuanto al rendimiento, las consolas portátiles podrían mejorar su autonomía y su durabilidad al poder cambiar la batería por otra nueva o más potente. Esto podría ser una ventaja para los usuarios que quieran jugar durante más tiempo o que quieran alargar la vida útil de su consola. Sin embargo, también podría suponer un riesgo si se usan baterías de mala calidad o no homologadas, que podrían dañar el dispositivo o causar accidentes.

En cuanto al mercado, las consolas portátiles podrían verse afectadas por la competencia y la demanda. Por un lado, los fabricantes de consolas portátiles tendrán que adaptarse a la normativa y ofrecer dispositivos con baterías extraíbles, lo que podría suponer un aumento de los costes de producción y de los precios de venta. Por otro lado, los usuarios de consolas portátiles tendrán más opciones para elegir y comprar baterías de diferentes marcas y características, lo que podría suponer una oportunidad para el sector de los accesorios.

¿Qué ventajas e inconvenientes tendrá esta normativa para los usuarios y los fabricantes?

La normativa tendrá ventajas e inconvenientes tanto para los usuarios como para los fabricantes de consolas portátiles.

Para los usuarios, las principales ventajas serán:

  • Mayor autonomía y durabilidad de las consolas portátiles al poder cambiar la batería por otra nueva o más potente.
  • Mayor libertad y control sobre el uso y el mantenimiento de las consolas portátiles al poder elegir y comprar la batería que más les convenga.
  • Mayor contribución a la protección del medio ambiente y a la economía circular al reducir la generación de residuos electrónicos y favorecer el reciclaje y la reutilización de las baterías.

Para los usuarios, los principales inconvenientes serán:

  • Mayor dificultad y riesgo para cambiar la batería si el diseño de la consola portátil no es sencillo o seguro.
  • Mayor posibilidad de dañar o estropear la consola portátil si se usa una batería de mala calidad o no homologada.
  • Mayor gasto económico para comprar una batería nueva o más potente si la original se agota o se deteriora.

Para los fabricantes, las principales ventajas serán:

  • Mayor satisfacción y fidelidad de los clientes al ofrecerles dispositivos con baterías extraíbles, que les permiten alargar su vida útil y mejorar su rendimiento.
  • Mayor innovación y diferenciación en el mercado al diseñar dispositivos con baterías extraíbles, que se adapten a las necesidades y preferencias de los usuarios.
  • Mayor responsabilidad social y ambiental al cumplir con la normativa y contribuir a la sostenibilidad y la economía circular.

Para los fabricantes, los principales inconvenientes serán:

  • Mayor complejidad y coste en el diseño y la producción de dispositivos con baterías extraíbles, que cumplan con los requisitos técnicos y legales.
  • Mayor competencia y presión en el mercado al tener que ofrecer dispositivos con baterías extraíbles, que sean atractivos y competitivos en precio y calidad.
  • Mayor dependencia y vulnerabilidad ante el suministro y la demanda de las baterías, que pueden variar según la disponibilidad de los materiales y las preferencias de los usuarios.

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